miércoles, 11 de diciembre de 2013

Síndrome del Pie Inquieto

Este síndrome (SPI) es originado por un trastorno neurológico que se caracteriza por sensaciones extrañas y desagradables en las piernas mientras se está sentado o tumbado. Estas son descritas por el paciente como pinchazos, picores, hormigueos o quemazón e implican una necesidad imperiosa de mover las piernas para aliviarlas.




España posee más de 4 millones de personas afectadas por dicho síndrome, que afecta a la población mayor, con mayor incidencia en mujeres (60% total de los casos).

El SPI puede aparecer asociado a otra enfermedad (generalmente enfermedades crónicas) como la diabetes o la artritis reumatoide. Otra forma en la que puede aparecer es de forma aislada, lo que se conoce como SPI idiopático. 

Se desconoce la causa de esta enfermedad pero se ha relacionado con una predisposición genética, niveles bajos de hierro, enfermedades crónicas y además con descenso de un neurotransmisor denominado dopamina que se encarga de la coordinación de los movimientos.

Algo característico de la enfermedad es que los síntomas aparecen siempre hacia el anochecer, sobre todo cuando el paciente está en reposo. Una de las pruebas diagnósticas que se indica siempre es una polisomnografía o Estudio del Sueño, que pone de manifiesto los síntomas.

No existe un tratamiento curativo de la enfermedad. El objetivo principal del mismo es el alivio de los síntomas para mejorar la calidad de vida del paciente. 

Por otro lado, el tratamiento se debe adecuar a la intensidad de los síntomas ya que pueden ser muy 
variables. 

Las opciones terapéuticas incluyen medidas de soporte y hábitos diarios junto con tratamiento farmacológico.

Entre los tratamientos farmacológicos se incluyen las benzodiacepinas, opiodes como la codeína, anticomiciales como la carbamacepina y la gabapentina o la rotigotina un fármaco utilizado en el tratamiento del Parkinson.

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