viernes, 22 de noviembre de 2013

El shock Hipovolémico.

El porcentaje total de sangre de un individuo se llama volemia. Ante pequeñas disminuciones de la misma (hasta un máximo de 15%) nuestro organismo tiene sistemas de compensación, aumentando la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Esto permite que el corazón bombee sangre normalmente, pudiendo asegurar los nutrientes adecuados.

Cuando se complica, puede desencadenar en daño renal, cerebral, gangrena en las extremidades, que puede desencadenar en amputación.

Ante pérdidas rápidas o de mucha cantidad, el organismo pierde la capacidad de compensación, o la que tiene lo hace de forma insuficiente, por lo que se produce el shock.

Puede estar causado por una pérdida importante de sangre, con hemorragias internas o externas, pérdida de agua y electrolitos (vómitos y diarreas agudas) y perdida de plasma, como el que ocurre en las quemaduras.

Entre sus síntomas podemos destacar traumatismos y quemaduras, dolores abdominales, sed, diarrea, vómito, amenorrea, diarrea, sangrado, ansiedad, piel fría y pegajosa, confusión, palidez, sudoración o pérdida de conocimiento.









¿Cómo actuar? Primeros auxilios, una forma de combatirlo.

- Aflojar la ropa u objetos que opriman su cintura y cuello.

- Posición anti shock: tumbado, espalda pegada al suelo y piernas elevadas a 45º.

- Evitar pérdidas de calor.

- Controlar la hemorragia.

- Traslado a un centro sanitario, controlando las constantes.

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