miércoles, 20 de noviembre de 2013

Alteraciónes del sodio (Na+)

 
El sodio es un electrolito muy importante ya que participa de forma activa en varios procesos del metabolismo celular. Está presente en la transmisión del impulso nervioso mediante la bomba de sodio-potasio, en la contracción muscular, en el equilibrio ácido-base y en la absorción de nutrientes por las membranas. Además ayuda a mantener el volumen y la osmolaridad.
 
En condiciones normales el sodio en sangre tiene que encontrase en unos noveles entre 135 y 145 mEq/L. En el caso de que la concentración de sodio supere estos valores nos encontraremos ante una hipernatremia. Si por el contrario lo que hay es un defecto de sodio lo que se produce es una hiponatremia.

 
Hipernatremia
 
Este es el caso del exceso de sodio. Las principales causas son una pérdida excesiva de líquido (debido a fiebre, sudoración excesiva, ascitis, diarrea, quemaduras o pos uso de diuréticos) y una ganancia demasiado elevada de solutos que contengan sodio (ingestión de fórmula hipertónicas o mediante sobrecarga intravenosa de las mismas). En resumidas cuentas, se pierde más líquidos que solutos, entre ellos el sodio, lo que provoca un aumento de su concentración. Estos casos se dan en traumatismos craneoencefálicos, neurocirugías hipofisarias, alteraciones de otros electrolitos, uso de fármacos (diuréticos) y en diabetes insípida.

 
Los principales síntomas de una hipernatremia son: irritabilidad, inquietud, disminución de los reflejos, debilidad, cefalea, disminución de la presión arterial, deshidratación e hipovolemia (mucosas y lengua secas) y clínica hipervolémica por ganancia de solutos (hipertensión, derrame pleural, edemas...).
 
El tratamiento consiste en la corrección del déficit de agua mediante la reducción de las pérdidas continuas de agua (diuresis) y las pérdidas insensibles (ventilación mecánica, fiebre). Además serán de ayuda las soluciones hipotónicas.
 
Hiponatremia
 
Ahora trataremos el caso contrario: el déficit de sodio. Esta alteración es muy típica en pacientes que se encuentran hospitalizados. Se puede deber a un aporte excesivo de líquidos hipotónicos, a una retención excesiva de agua (fallo renal en síndrome nefrótico, cirrosis hepática…) y a una pérdida excesiva de sodio (deshidratación, vómitos, diarrea…).
 
Los principales síntomas de esta alteración son la confusión, el letargo, las convulsiones, la cefalea, la depresión… y todos ellos son debidos a un edema cerebral.
 
El tratamiento pautado para estos casos es la restricción de líquidos y favorecer la eliminación de líquidos.

 
 

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