sábado, 30 de noviembre de 2013

Aneurisma

Un aneurisma es una dilatación en un punto determinado de las paredes de un vaso sanguíneo. Esta dilatación, en forma de globo, puede presentarla cualquier vaso, pero lo más común es en: la arteria aorta, los vasos cerebrales, la arteria poplítea, la arteria mesentérica y la arteria esplénica. 

Cuando el tamaño del aneurisma aumenta puede llegar a romperse, lo que produciría una hemorragia interna grave e incluso la muerte. Este alteraciones de los vasos sanguíneos puede ser hereditarios o pueden ser causados por enfermedades que debiliten la paredes de los vasos.

Además, debemos diferenciar entre verdaderos y falsos aneurismas. Los verdaderos aneurismas son aquellos en los que se ven comprometidas las tres capas de las paredes de los vasos. Por el contrario, un falso aneurisma, o pseudoaneurisma, es aquel en que la capa interna del vaso esta rota y el globo lo forman las capas externas del vaso sanguíneo. Como caso especial también existen aneurismas disecantes, casi exclusivos de la arteria aorta (disección aórtica), en los que se genera una segunda cavidad en la capa media, pudiendo llenarse de sangre si se rompe la capa interna.

Factores de riesgo

- Diabetes
- Obesidad
- Hipertensión
- Consumo de tabaco
- Alcoholismo
- Hipercolesterolemia
- Déficit de cobre
- Edad avanzada
- Debilidad hereditaria de las paredes de los vasos

Síntomas y diagnóstico

De forma general los aneurisma no causan síntomas a menos que se produzca su rotura y ocasionen un sangrado. Sin embargo, un aneurisma cerebral puede presionar estructuras circundantes, lo que puede traducirse en: visión doble, dolor de cabeza muy fuerte, dolor de cuello, confusión, letargo, estupor, crisis epilépticas, problemas de habla, poco control del temperamento...

Para el diagnóstico, si sospechamos que el paciente sufre esta patología podremos hacerle una tomografía computarizada (TC). En el caso de que la prueba sea negativa pero sigamos sospechando de la ruptura de un aneurisma cerebral, se podrá realizar una punción lumbar para ver si hay sangre en el líquido cefalorraquídeo.

Aunque siempre cabe hacer una angiografía tradicional para poder ver donde se sitúa cualquier tipo de aneurisma.

Tratamiento

Para el tratamiento de un aneurisma cerebral tenemos dos opciones. La tradicional (corte quirúrgico), en la que realizaríamos una craneotomía para exponer el aneurisma y cerrarlo por su base mediante un clip. El método moderno consiste en introducir un catéter a través de la arteria femoral hasta llegar a la arteria cerebral, donde se inserta una espiral de platino que inicia unas reacciones de coagulación dentro del aneurisma que lo eliminaría.

Los aneurismas aórticos y periféricos lo que se hace es una sección de la parte debilitada del vaso y se puede sustituir por un injerto de derivación. 

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