La bronquitis, es una inflamación aguda o crónica del árbol bronquial. Los
bronquios son tubos de calibre grueso situados en el interior de los pulmones
en comunicación con la tráquea, y encargados de conducir el aire a conductos de
menor diámetro (bronquiolos) dentro de los pulmones.
La bronquitis aguda se caracteriza
por fiebre, dolor torácico, tos y expectoración mucoide a las vías altas del
tracto respiratorio. La bronquitis aguda puede ser infecciosa (producida por
una infección viral o bacteriana), o irritativa (producida por la inhalación de
polvo o vapores irritantes). La bronquitis aguda puede propagarse a territorios
más terminales del árbol bronquial, produciéndose una neumonía lobar o
bronquial. La bronquitis crónica es una enfermedad de larga evolución que puede
deberse a episodios repetidos de bronquitis aguda. Es una de las formas de EPOC
(como ya hemos dicho en entradas anteriores).
Sus síntomas son tos y expectoración
al menos durante tres meses al año durante dos años consecutivos, así como
cuadros inflamatorios y degenerativos en el árbol bronquial.
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