Los cateterismos cardíacos son un conjunto de procedimientos con finalidades tanto diagnósticas como terapéuticas que se realizan mediante la inserción de una catéter en el sistema vascular, pudiendo llegar a las cavidades cardíacas.
Bienvenidos a "Alteraciones y enfermedades". Este blog, creado por alumnos de enfermería para la asignatura de Informática aplicada a la enfermería, formará un archivo sobre distintas alteraciones y enfermedades humanas.
domingo, 15 de diciembre de 2013
Cirrosis

En la imagen de la izquierda se muestra la diferencia entre un hígado sano y uno cirrótico.
Las causas más comunes son sobre todo el alcoholismo e infección por hepatitis B o C. En menor proporción también puede ser cuasada por:
- hepatitis autoinmunitaria
- trastorno de las vías biliares
- ciertos medicamentos
- enfermedades hereditarias
En algunos casos la cirrosis es asintomática y en otros casos se presentan lentamente hasta agravarse el daño hepático.
Los síntomas iniciales de la enfermedad son:
- fatiga y desaliento
- inapetencia y pérdida de peso
- náuseas o dolor abdominal
- vasos sanguíneos pequeños, rojos y en forma de araña.
A medida que la gravedad hepática aumentan los síntomas empeoran y se hacen más evidentes, en este caso los síntomas son:
- ascitis
- ictericia
- enrojecimiento de las palmas de las manos
- en hombres: impotencia, encogimiento de los testículos e hinchazón de las mamas.
- hematomas y sangrado anormal
- confusión o problemas al pensar
- heces de color pálido
Con respeto al tratamiento depende del grado de cirrosis. Si la cirrosis está en un estado inicial se puede tratar con un cambio en el estilo de vida y ciertos medicamentos. Por el contrario, si la gravedad hepática esta en un estado alto la cirrosis es casi imposible curarse por lo que se produce la muerte. También se puede producir cáncer hepático a raíz de una cirrosis
ACV o accidente cerebrovascular
El termino de accidente cerebrovascular es empleado como sinónimo del ictus. Caracterizado por un problema neurológico ocasionado por una disminución importante del flujo sanguíneo cerebral de una forma que podemos considerar como brusca (sistémico) o bien, por la hemorragia causada por la rotura de un vaso cerebral (hemorrágico).
A nivel de salud pública, las enfermedades cerebrovasculares constituyen, en la actualidad, uno de los problemas más importante. Son la tercera causa de muerte en el mundo occidental, la primera causa de invalidez permanente entre las personas adultas y una de las principales causas de déficit neurológico en el anciano.
A pesar de esto, se ha demostrado que el ACV en niños de 0 a 14 años son los que poseen una mayor facilidad de recuperación, debido a que tienen cerebro todavía flexible y joven.
El daño a nivel cerebral se considera una rotura o interrupción en la vida del paciente y, por su elevado coste sociosanitario, condiciona las situaciones familiares, sociales e institucionales.
Un accidente cerebrovascular posee un amplio abanico de síntomas, muy variados en función del área cerebral afectada. Desde puramente sensoriales a puramente motores, pasando por los síntomas sensitivomotores. Los diagnosticados con mayor frecuencia son los siguientes:
- Pérdida de fuerza en un brazo o una pierna, o parálisis en la cara.
- Dificultad para expresarse, entender lo que se le dice o lenguaje ininteligible.
- Dificultad al caminar, pérdida de equilibrio o de coordinación.
- Mareos, dolor de cabeza brusco, intenso e inusual, casi siempre acompañado de otros síntomas.
- Pérdida de la visión en uno o ambos ojos.
Un añadido a estos problemas físicos, hasta un 50% de las personas que sobreviven a su ataque cerebral sufren depresión durante los primeros años. A pesar de esto, en la mayoría de los casos se omite el diagnóstico, lo que repercute negativamente en el paciente.
Numerosos cuadros de ACV de baja intensidad y duración, pasan de forma inadvertida por lo anodino de la sintomatología. Son estos síntomas menores los más frecuentes, teniendo una gran importancia, porque ponen una alarma de la patología subyacente de una forma precoz.
Tras el ACV se requiere de un programa de rehabilitación interdisciplinaria que provea una asistencia integrada para las personas que han sobrevivido a un ataque cerebral, atendiendo tanto los aspectos motores como los relacionados con el habla, los trastornos visuales, las actividades de la vida diaria y las secuelas incapacitantes. Otro grupo que se ve afectado tras esta enfermedad son los familiares y amigos de la persona, los cuales requieren de orientación sobre la mejor manera de acompañar a la persona que se está recuperando de su ataque cerebral. Esto fundamentalmente porque, ante la incertidumbre y angustia en la que se encuentran, pueden actuar obstaculizando el proceso de rehabilitación.
Lo fundamental para poner todo de nuestra parte a la hora de intentar evitar el ACV es controlar los factores de riesgo asociados; fundamentalmente, son la tensión arterial, el colesterol y la diabetes, evitar tabaco y alcohol y llevar una vida sana: ejercicio físico, dieta saludable rica en verduras, frutas, proteínas y grasas poli-insaturadas (EPA, DPA, DHA), con poca sal y evitando elevadas cantidades de grasas saturadas y carbohidratos (azúcares y harinas).
Silicosis
La silicosis es una enfermedad pulmonar crónica que se debe a la inhalación prolongada de polvo de
sílice.
El sílice es un cristal común que se presenta en el medio ambiente. Se encuentra en la mayoría de los lechos rocosos y forma polvo durante la explotación minera de esos lechos. El sílice es uno de los componentes principales de la arena, por lo que las personas que trabajan con vidrio y chorreado de arena también están expuestas a este elemento.
Al estar el polvo de sílice disperso en el aire, es respirado por las personas que están en contacto con este aire contaminado, por lo que esta enfermedad afecta principalmente a trabajadores de minas, canteras, fundiciones e industrias similares. Se caracteriza por el desarrollo de una fibrosis progresiva alrededor de las diminutas partículas de sílice que se depositan en los pulmones. Tras algunos años de exposición prolongada, la manifestación clínica de la enfermedad es la disnea. La enfermedad, que al principio es leve, progresa con lentitud pero de manera implacable, incluso después de haber cesado la exposición al agente desencadenante.
Actualmente existen mascaras antipolvo para los profesionales de la minería, lo que reduce la exposición a este tipo de intoxicación. Actualmente gran parte de las personas que están siendo diagnosticadas de silicosis, han estado en contacto con este mineral hace años. A continuación os dejo un articulo publicado en un periódico acerca de nuevos casos de silicosis.
Asturias registró el año pasado 34 nuevos casos de silicosis en mineros.
El sílice es un cristal común que se presenta en el medio ambiente. Se encuentra en la mayoría de los lechos rocosos y forma polvo durante la explotación minera de esos lechos. El sílice es uno de los componentes principales de la arena, por lo que las personas que trabajan con vidrio y chorreado de arena también están expuestas a este elemento.
Al estar el polvo de sílice disperso en el aire, es respirado por las personas que están en contacto con este aire contaminado, por lo que esta enfermedad afecta principalmente a trabajadores de minas, canteras, fundiciones e industrias similares. Se caracteriza por el desarrollo de una fibrosis progresiva alrededor de las diminutas partículas de sílice que se depositan en los pulmones. Tras algunos años de exposición prolongada, la manifestación clínica de la enfermedad es la disnea. La enfermedad, que al principio es leve, progresa con lentitud pero de manera implacable, incluso después de haber cesado la exposición al agente desencadenante.
Actualmente existen mascaras antipolvo para los profesionales de la minería, lo que reduce la exposición a este tipo de intoxicación. Actualmente gran parte de las personas que están siendo diagnosticadas de silicosis, han estado en contacto con este mineral hace años. A continuación os dejo un articulo publicado en un periódico acerca de nuevos casos de silicosis.
Asturias registró el año pasado 34 nuevos casos de silicosis en mineros.
sábado, 14 de diciembre de 2013
Laringitis
Antes de hablar de la laringitis, vamos a dar una noción básica de la anatomía de la laringe, ya que es imprescindible conocer la importancia de la laringe para así poder comprender bien esta patología
La laringe, es una cámara hueca en la que se produce la voz y se encuentra en la
parte frontal o superior de la tráquea. Ocupa una posición frontal o ventral en
relación con el esófago, por detrás de la piel y el tejido conectivo de la
garganta. La laringe está sujeta por medio de ligamentos al hueso hioides,
situado en la base de la lengua. El bastidor esquelético de la laringe es un
conjunto de tres grandes estructuras cartilaginosas —epiglotis, cartílago tiroides
y cartílago cricoides— y varios pares de pequeños cartílagos, los más
importantes de ellos son los llamados aritenoides.
La laringe tiene dos pares de cuerdas vocales formadas por tejido conectivo
elástico cubierto por pliegues de membrana mucosa. Uno de los pares, las falsas
cuerdas vocales, se extiende desde la epiglotis hasta el ángulo del cartílago
tiroides; estas cuerdas estrechan la glotis (la abertura faríngea de la
laringe) durante la deglución. Por debajo de ellas están las verdaderas cuerdas
vocales, que se extienden desde los cartílagos aritenoides hasta el ángulo del
tiroides.
Una vez ya conocida la anatomía de la laringe, nos centraremos en la laringitis. Pues bien, la laringitis, es una enfermedad producida por la inflamación de la laringe que generalmente está asociada con ronquera o pérdida de la voz. La causa más frecuente de la laringitis es una infección causada por un virus, como los causantes del resfriado o de la gripe, aun que también puede ser producida por otras causas muy diversas como pueden ser; alergias, bronquitis, neumonía o una lesión.
Algunas formas de laringitis se presentan en los niños y pueden llevar a una obstrucción respiratoria potencialmente peligrosa o mortal. Uno de esos tipos de obstrucción y de la que ya hemos tratado en profundidad en otra ocasión es el Crup.
Existen diferentes tipos de laringitis aguda, en el siguiente enlace os dejo una presentación en la cual nos muestra las características principales de cada uno de estos tipos: Laringitis aguda.
Síntomas y tratamiento
Los principales síntomas con los que cursa esta enfermedad son; fiebre, ronquera, tos seca, dolor faríngeo y la inflamación de ganglios linfáticos situados en el cuello. El tratamiento para esta enfermedad es muy simple, a menudo, con dejar descansar la vos la enfermedad suele remitir al cabo de unos días, pero si esto no es suficiente, el uso de un humidificador puede aliviar la sensación de asperea que se presenta con esta enfermedad. Asimismo, los descongestionadores y los analgésicos pueden aliviar los síntomas la infección.
Síndrome hipereosinofílico

Este síndrome puede presentarse de dos formas:
- Fibrosis endomiocádica: inflamación del miocardio por causa de un engrosamiento fibrótico de porciones del corazón, sobre todo del ápex y la válvulas AV.
- Endocarditis de Loeffler: inflamación del endocardio por engrosamiento fibrótico de partes del corazón, caracterizado por un infiltración de eosinófilos.
Ambos tipos de eosinofilia causan una infiltración del miocardio cardíaco, lo que provoca un engrosamiento de porciones del corazón. Debido a esto, las cavidades ventriculares pierden volumen, lo que causa una miocardiopatía obliterativa y restrictiva al flujo de sangre al interior de las cámaras del corazón. En ocasiones, pueden aparecer trombos en la pardes ventricular.
Esófago de Barret

En la imagen de la derecha se muestra el esófago de Barret. En ella se muestra como es la mucosa normal del esófago y cual la que pertenece al síndrome de Barret.
La causa más frecuente de la enfermedad de Barret es el ácido gástrico de los reflujos. Esto causa acidez y si es muy persistente puede dañar la pared esofágica.
El síndrome de Barret ocurre con más frecuencia en hombres que en mujeres y se es mas propenso si se ha padecido una enfermedad por reflujo gastroesofágico o lo que se conoce con las siglas ERGE
Su diagnóstico es importante de cara a poder realizar un adecuado seguimiento a largo plazo y poder detectar precozmente indicios de adenocarcinoma.
En cuanto a sus síntomas, el esófago de Barret no causa síntomas en sí. El reflujo de ácido que causa el síndrome con frecuencia ocasiona síntomas de acidez gástrica sin embargo la mayoría de los afectados por esta enfermedad no presenta ningún síntoma.
Las pruebas para llegar a este diagnóstico se lleva a cabo a través de una endoscopia que ya está explicada en entradas anteriores. La siguiente imagen muestra una foto de una exploración esofágica por endoscopia.
El tratamiento para esta enfermedad es variado, se puede recomendar cirugía u otros procedimientos de biopsia para observar cambios celulares que lleven a la presencia de cáncer. Los siguientes procedimientos extirpan el tejido del esófago donde el cáncer tiene probabilidad de presentarse. Estos son:
- Terapia fotodinámica: implica el uso de un dispositivo especial de láser junto con un medicamento llamado Photofrin.
- Procedimiento que utilizan diferentes tipos de alta energía
- Cirugía para extirpar el revestimiento anormal.
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