sábado, 14 de diciembre de 2013

Hipertensión intracraneal

Es el aumento de presión en la cavidad craneal. Esta, está constituida por el parénquima cerebral, el líquido cefalorraquídeo (LCR) y el componente vascular (arterias y venas). 

Al aumentar la presión en cualquiera de estos componentes, como el cráneo es una cavidad cerrada e inexpansible, se producirá el aumento de la presión intracraneal, que vendrá con la aparición de una serie de síntomas característicos.

Las causas más frecuentes de hipertensión intracraneal, son:

- Traumatismo craneoencefálico: causa más frecuente en la infancia y en los adultos

- Hidrocefalia: aumento de LCR

- Enfermedades infecciosas: Abscesos, Meningitis, Empiema

- Tumores cerebrales

- Trastornos metabólicos: Hiponatremia

- Trastornos vasculares: Hemorragia subaracnoidea, infarto cerebral



Lo característico de la hipertensión intracraneal es la tríada que incluye:

- Cefalea crónica progresiva que no mejora con el tratamiento habitual, es de características pulsátiles y empeora por la mañana

- Vómitos "en escopetazo", sin ir precedidos de náuseas y de predominio matutino

- Papiledema (edema de papila): Hasta en la mitad de pacientes con hipertensión intracraneal. Valorable mediante un examen del fondo del ojo

Otros síntomas y signos que también pueden aparecer son: diplopía (visión doble), hipertensión, bradicardia, dificultad respiratoria, deterioro de conciencia que puede evolucionar a coma y finalmente la muerte.

En el manejo de la hipertensión intracraneal debe investigarse primero la causa de la misma, utilizando entonces un tratamiento u otro, médico o quirúrgico.

Se emplean medidas de orden general como estimular la ventilación, elevar el cabezal a 30-45º, asegurar un buen aporte de oxígeno y mantener un buen equilibrio entre los líquidos corporales.

El manitol es un diurético osmótico que se utiliza para así disminuir la presión intracraneal. Los glucorticoides se emplean en casos de edemas asociados a masas cerebrales como los tumores.

En casos en los que exista una masa intracraneal que ocupa espacio y aumenta el volumen intracraneal como ocurre en los hematomas, tumores cerebrales, edema cerebral e infarto cerebral, el tratamiento de elección es quirúrgico mediante una descompresión quirúrgica.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Síndrome de Dressler

El síndrome de Dressler es un tipo especial de pericarditis en la que ha habido un daño al corazón o al pericardio, sobretodo tras un infarto de miocardio. Por fortuna, tan solo se da en el 1% de personas que hayan sufrido un infarto.

La inflamación del pericardio se debe a una reacción exagerada del sistema inmunitario contra el tejido ensangrentado, dañado o muerto que queda después de un infarto. Así, el sistema inmune, en vez de depurar el corazón se vuelve contra él. El dolor que causa esta patología es debido a que el pericardio inflamada roza con el corazón.


Lo más destacable de este síndrome es el dolor de pecho, que cambia con la respiración y la postura del cuerpo. Puede irradiarse al hombro izquierdo, la escápula y el trapecio. Este dolor aparece, más o menos, dos semanas después del infarto de miocardio. Además, también se puede dar fiebre y malestar general.

Este cuadro clínico puede ser aliviado con los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) y aveces con los corticoesteroides.

Hernia de hiato

La hernia de hiato es una afección en el cual una porción del estómago sobresale dentro del tórax a través de un orificio que se encuentra ubicado en el diafragma. En la imagen de la derecha se muestra como la hernia hiatal sobresale por encima del diafragma penetrando en la  pared torácica.
Las causas que derivan a esta hernia es desconocida aunque se cree que puede ser debido al debilitamiento del tejido de soporte debido por el envejecimiento de este, por tos crónica ya que se hace un esfuerzo, el estreñimiento por el esfuerzo a la hora de defecar, la obesidad ya que un aumento del volumen abdominal puede producir presión sobre los órganos del abdomen el estómago entre ellos, levantar objetos muy pesados, el estrés y el tabaquismo.
Los síntomas son pocos y conocidos por todo el mundo. Estos son:

  • Ardor: por el reflujo del contenido gástrico ya que el cardias no funciona adecuadamente.
  • Dolor de pecho: si alcanza zonas elevadas del esófago, el dolor puede sentirse más en la zona torácica que en la abdominal.
  • Dificultad a la hora de tragar: por la descolocación de las estructuras gastrointestinales.
Las pruebas de diagnóstico utilizadas para diagnósticar hernia de hiato son generalmente pruebas de imagen con contraste y rayos X pero la prueba crucial para diagnosticar la hernia hiatal es la gastroscopia. Esta consiste en introducir por la boca un tubo lo que permite ver el interior del esófago y estómago gracias a que contiene una pequeña cámara de vídeo en un extremo. 
En el vídeo siguiente, se muestra como se vería una gastroscopia. No se explica el procedimiento pero se ve todo el contenido gástrico e incluso la zona herniada.

La gran mayoría de las hernias de hiato no requieren tratamiento ya que la mayoría son asintomáticos. En cambio, si se presentan síntomas responden a tratamientos medicinales como son los antiácidos, protectores estomacales...
En el siguiente enlace, os dejo una noticia sobre la hernia de hiato, donde informa sobre esta. Es una noticia del 20 minutos y de este año.


Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob

Esta enfermedad recibe el nombre del llamado "mal de las vacas locas". Se caracteriza por la afectación difusa de la sustancia gris cerebral, causando una pérdida progresiva de las neuronas.

Esta enfermedad es extremadamente rara, se transmite por unos agentes que son distintos a virus convencionales (causantes de otras enfermedades neurológicas producidas por virus conocidos) y que tienen capacidad de transmitirse entre diferentes órganos, llamados priones, que se acumulan en el cerebro causando la enfermedad.


Se han encontrado tres variantes de la enfermedad: la primera esporádica, sin causa conocida, la segunda hereditaria,con antecedentes familiares de mutaciones genéticas asociadas al gen productor del prion que aparece a edades más jóvenes y por último otra adquirida (mediante el contacto directo o indirecto con tejido cerebral o del sistema nervioso central infectados. Representa una proporción muy baja de casos de la enfermedad).

Se trata de una enfermedad que no se transmite con el contacto casual ni por el aire, y aunque pueda llegar a parecer que el contagio de persona a persona existe, la posibilidad es sumamente baja.

Esta enfermedad se manifiesta a partir de los 50 y 60 años y además posee un curso muy rápido que, en la mayoría de los casos causa la muerte en menos de un año tras el diagnóstico.

Se manifiesta por un cuadro de demencia rápidamente progresiva asociada a mioclonías, espasmos, en este caso de predominio en extremidades superiores), alteraciones de la coordinación y alteraciones visuales que pueden terminar en ceguera.

En las fases iniciales se destaca un cambio de personalidad junto a alteraciones de la memoria y del pensamiento.

No existe tratamiento para esta enfermedad. Evoluciona de forma muy rápida hasta el fallecimiento del paciente.


Bronquiolitis

La bronquiolitis, es una enfermedad respiratoria aguda que afecta al tracto respiratorio inferior, caracterizada por una dificultad respiratoria provocada por la inflamación y obstrucción de las vías aéreas pequeñas o bronquiolos. Esta patología tiene un carácter epidémico y suele presentarse con mayor frecuencia en las épocas de otoño e invierno. Su etiología está relacionada con cuadros infecciosos de origen viral, siendo el virus respiratorio sincitial el agente más frecuentemente implicado con esta enfermedad. Los niños pequeños, con edades inferiores a los 18 meses, son los que más tienden a sufrirla.

Síntomas
Clínicamente cursa con una primera fase catarral, con aumento de las secreciones nasofaríngeas y la aparición de una respiración bucal, y una segunda fase, llamada fase bronquiolar, en la que ya es evidente la obstrucción bronquial y la consiguiente dificultad respiratoria.
El mecanismo de contagio de la enfermedad es el mismo que el de la mayoría de las infecciones de vías respiratorias, es decir, a través de gotitas de secreciones respiratorias expulsadas al aire al hablar o al toser; o bien mediante el contacto directo con secreciones infectadas.

Tratamiento
Para el tratamiento de estos niños es fundamental mejorar las condiciones de humedad ambiental, favorecer una correcta hidratación, promover ejercicios respiratorios y, a veces, recurrir al uso de medicación broncodilatadora o incluso de oxígeno.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Síndroma de Adams-Stokes

El síndrome de Adams-Stokes es un pérdida súbita y transitoria del estado de alerta, a veces acompañado de convulsiones.

Momentos antes de sufrir una crisis el paciente palidece, se pausa su ritmo cardíaco y comienza el colapso. Los períodos de inconsciencia son de unos treinta segundos, y si hay convulsiones serán contracciones cada 15-20 segundos. Durante la crisis la respiración continua, de tal forma que cuando se recupera la circulación el paciente se ruboriza debido al rápido bombeo de sangre oxigenada.

Al igual que en un síncope por arritmia, este síndrome no depende de la posición del paciente. Si suceden durante el sueño, cuando el paciente despierte se sentirá caliente y ruborizado.

El diagnóstico se hará mediante una minuciosa historia clínica, donde se referirá la palidez antes de las crisis y el rubor después de las mismas. Se realizará un electrocardiograma, en el que podremos ver asistolia, bloqueo AV o fibrilación ventricular durante la crisis.

La causa de estas crisis es la falta de gasto cardíaco debido a envenenamiento con antimonio, asistolia, bloqueo cardíaco, enfermedad de Lev o fibrilación ventricular. Con ellos se pierde el riego sanguíneo en el cerebro, que es lo que causa  la pérdida de estado de alerta.

El tratamiento inicial puede ser médico, recetando drogas como isoprenalina y epinefrina. Pero el tratamiento definitivo es la cirugía, colocándole al paciente un marcapasos.

Colitis ulcerosa

La colitis ulcerosa es una enfermedad autoinmune, inflamatoria y crónica del intestino grueso, en concreto el colon. La diferencia de esta con la enfermedad de Crohn es la zona de infección ya que la colitis solo ocurre en el colon en la enfermedad de Crohn puede ocurrir en cualquier zona del aparato digestivo aunque especialmente en las citadas en la entrada anterior.
Al igual que la enfermedad de Crohn no se conoce la causa y esta evoluciona en brotes de intensidad y duración variable.
Esta enfermedad puede afectar a cualquier grupo de edad pero es más frecuente entre los 15 y 30 y entre los 50 y 70.
Los factores de riesgo son múltiples pero entre ellos está tener antecedentes de colitis ulcerativa en la familia o ser de origen judío.
Los síntomas más frecuentes son:

  • Diarrea con moco y sangre
  • Fiebre
  • Dolor de vientre
  • Borborigmos: sonido de gorgoteo en el intestino
  • Tenesmo: dolor rectal
  • Náuseas y vómitos
  • Llagas bucales
  • Perdida de peso
  • Debilidad
  • Dolores articulares
  • Piedras en riñón o vesícula
  • Mancha de la piel
  • Inflamación de los ojos
Las pruebas esenciales de esta enfermedad son la colonoscopia con biopsia. En el víedo se muestra como se realiza dicha prueba.
También se realizan pruebas para ayudar al diagnóstico como el enema opaco, conteo sanguíneo completo, proteína C reactiva o la tasa de sedimentación.

En cuanto al tratamiento, no existe cura médica para esta enfermedad pero un bien tratamiento puede suprimir el proceso inflamatorio. Esto permite paliar algunos síntomas. Se utilizan tres principales clases de medicamentos para tratar la colitis ulcerosa. Estos son:

  • Aminosalicilatos: Con compuestos del tipo aspirina. Se pueden administrar por vía oral o rectal. Es efectivo en el tratamiento de episodios severos a moderados de la enfermedad y son también ítules en prevenir recaídas de la enfermedad.
  • Corticosteroides: Incluyen prednisona y metilprednidolona. Se administran por vía oral, rectal o intravenosa. Son usados en pacientes con enfermedad moderada a severa. 
  • Medicinas inmunimoduladoras: Incluyen la azatioprina y ciclosporina. Este grupo altera la interacción de las células inmunológicas con el proceso inflamatorio. Se administra principalmente por vía oral y son usados en pacientes selector cuando la acción de los anteriores es poco efectiva.