Trastorno cerebral en el que una persona presenta convulsiones durante un tiempo. Las crisis epilépticas (convulsiones) pueden definirse como episodios de alteración de la actividad cerebral, estos llegan a producir cambios en la atención o el comportamiento.
Esta enfermedad tiene lugar cuando los cambios que se han producido en el tejido cerebral de forma permanente provocan que el cerebro esté demasiado excitable o agitado, enviando señales anormales, lo que ocasiona convulsiones repetitivas e impredecibles.
Una sola convulsión que no sucede de nuevo no es epilepsia.
Las crisis epilépticas por lo regular empiezan entre las edades de 5 y 20, pero pueden suceder a cualquier edad. Puede haber un antecedente familiar de convulsiones o epilepsia.
Este trastorno puede deberse a causas médicas o a una lesión que afecte el cerebro. Puede pasar que no se conozca su origen (idiopática).
Las causas comunes de epilepsia son:
- Accidente cerebrovascular o accidente isquémico transitorio.
- Demencia, como el mal de Alzheimer
- Lesión cerebral traumática
- Infecciones, como abceso cerebral, meningitis, encefalitis y SIDA
- Problemas cerebrales presentes al nacer (anomalía cerebral congénita)
- Lesión cerebral que ocurre durante o cerca del momento del nacimiento
- Trastornos metabólicos presentes al nacer
- Tumor cerebral
- Vasos sanguíneos anormales en el cerebro
- Otra enfermedad que dañe o destruya el tejido cerebral
- Uso de determinados medicamentos, como antidepresivos, tramadol, cocaína y anfetaminas
Los síntomas cambian de una persona a otra. Algunas pueden tener simples episodios de ausencias, mientras que otras sufren pérdida de conocimiento y temblores violentos.
El tipo de convulsión o crisis epiléptica va a depender de la parte del cerebro afectada y la causa.
Ciertas personas con epilepsia tienen una sensación extraña, como hormigueo, sentir un olor que realmente no existe o cambios emocionales… antes de cada convulsión. Esta se denomina aura.
El tratamiento para la epilepsia puede involucrar cirugía o medicación.
Si las crisis epilépticas se deben a un tumor, vasos sanguíneos anormales o sangrado en el cerebro, la cirugía para tratar estos trastornos puede detener dichas crisis.
Los medicamentos para prevenir las convulsiones, llamados anticonvulsivos, pueden reducir el número de crisis futuras.